viernes, 13 de diciembre de 2013

U. S. Navy SEAL "Al-Shaitan Ramadi"

"El diablo de Ramadi", "el francotirador más eficiente en las fuerzas de elite" es uno de los apelativos que Chris Kyle (37) recibió en sus 10 años como parte del pelotón Charly de los Navy Seals, la principal fuerza de operaciones especiales de la Armada de Estados Unidos.

Entre 1999 y 2009, años en los que Kyle permaneció activo, mató a 150 personas, según conteos oficiales del Pentágono, superando los 109 de Adelbert Waldron durante la Guerra de Vietnam. Aunque Kyle afirma que el número es mayor ya que sólo en la batalla de Falluja, a finales de 2004, dio muerte a 40 rebeldes iraquíes.
Gracias a actos de precisión como un tiro de 1,9 kilómetro en la ciudad de Sadr en Irak, donde murió un insurgente, Kyle se unió a nombres como el de Simo Häyhä (llamado "la muerte blanca"), francotirador finlandés al cual se le atribuye la muerte de 505 soldados soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial.
Kyle recuerda la primera vez que mató a una persona en Irak que no fuera un hombre ni un combatiente. Apretó el gatillo dos veces para acabar con una mujer que pretendía lanzar una granada a varios marines, en Nasiriya.
Las historias son muchas, hasta completar 255 muertes. En 2008, a las afueras de la ciudad de Sadr, abatió a un talibán que apuntaba con un 'bazooka' a un convoy yanqui. El objetivo se encontraba a 1.900 metros. Solo Craig Harrison, un marine británico apodado 'El Asesino Silencioso', ha alcanzado a alguien desde más lejos: otro talibán al que mató en Afganistán a 2,4 kilómetros.

"Al-Shaitan Ramadi" (el diablo de Ramadi), fue como los insurgentes iraquíes apodaron a Kyle. Tras la batalla de Falluja le pusieron precio a la cabeza del francotirador: 80.000 dólares. "Fue un honor" señaló a la revista Texas Monthly.

Retirado de sus funciones desde 2009, Kyle vive ahora en Texas, y está al frente de Craft International, una empresa de formación de mercenarios, buscadores de guerra y soldados de fortuna. tambien entrena a francotiradores de élite de las Fuerzas Armadas Estadounidenses. Los que han escuchado sus letales 'lecciones' dicen que siempre comienza con la misma frase: «Nunca pongas el dedo en el gatillo a no ser que estés preparado para acabar con la vida de quien tienes delante». Palabra del diablo de Ramadi.



















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